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viernes, 24 de febrero de 2012

Pobre Cristina




¡Pobre Cristina! ¡La que se le ha venido encima! Pero no Christina Onassis, a quien Joaquín dedicó está canción. Sino a la Infanta Cristina, que está siendo tema de actualidad. O, mejor dicho, su marido, Iñaki Urdangarín. 


Seguro que habéis oído más de un comentario sobre el tema, pero para los que no tengan muy claro de qué va la cosa, intentaré hacer un resumen. 



En noviembre de 2011, Urdangarin y sus socios fueron investigados en el caso Babel, derivado de la investigación del caso Palma Arena (que instruye desde hace años el juez Castro en torno a numerosos casos de supuesta corrupción detectados durante el gobierno balear de Jaume Matas).

El 10 de noviembre apareció en los medios de comunicación la noticia de una probable imputación por un supuesto desvío de dinero público desde el Instituto Nóos que presidía.


Desde el 29 de diciembre de 2011 Iñaki figura como imputado en un caso de corrupción llamado "Palma Arena". Entre 2004 y 2006 fue presidente del Instituto Nóos, una organización (supuestamente sin ánimo de lucro) sospechosa de haber desviado el dinero que le entregó la administración pública para organizar eventos deportivos y otros servicios. La Fiscalía Anticorrupción sospecha de Nóos porque no ha justificado bien el dinero público que ha recibido.


La Casa Real apartó el 12 de diciembre a Iñaki Urdangarín de cualquier actividad vinculada con la familia real por su conducta "no ejemplar".


Mañana, 25 de febrero de 2012, será el día en que Iñaki Urdangarín declarará en el juzgado número 3 de Palma por presuntos delitos en la actividad de Nòos, tales como evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos (unos 6 millones de euros). A pesar de ser yerno del Rey, no dispone de ninguna protección jurídica especial (al menos teóricamente). 

La infanta Cristina y su marido  son propietarios al 50% de una empresa, llamada Aizoon, que también emitió recibos por servicios prestados a Nóos y que realmente nunca existieron. Los investigadores creen que así se desviaban los fondos de Nóos al bolsillo particular de Urdangarín y su esposa. Aizoon tuvo su sede en en la residencia de los duques de Palma en Barcelona. Urdangarín la cambió en cuanto se vio implicado en el caso, se supone que para evitar el registro de su vivienda y para, en caso de ser condenado, evitar que se la embarguen.

Sin embargo, la infanta Cristina no será investigada por el momento, ya que la Fiscalía General del Estado considera que no ha quedado demostrado que la infanta Cristina tuviera conocimiento de las actividades irregulares de la empresa Aizoon. A juzgar por las imágenes de la pareja, siempre se ha visto mucha complicidad entre ellos. ¿Será ésta la excepción que confirma la regla? 


La no imputación de la infanta no ha sido del agrado de todo el mundo. Por ejemplo, el senador del PNV Iñaki Anasagasti se preguntó por qué no se imputa a la infanta Cristina junto a su marido, Iñaki Urdangarin, dado que "todos somos iguales ante la ley". Además, recordó que a la mujer del expresidente balear Jaume Matas sí se la llamó a declarar.

Anasagasti dijo a Servimedia que la infanta era socia de Urdangarín en algunas de las empresas investigadas, y que el Rey aseguró en su discurso de Nochebuena que la justicia es igual para todos. 

No sabemos cuál será el veredicto del juez tras las declaraciones del Duque de Palma, ni si finalmente se investigará a la infanta Cristina. Independientemente de lo que pase mañana, la gente de la calle ya ha hecho su juicio paralelo basándose en el famoso "cuando el río suena, agua lleva". ¿La condena? Los miles de chistes, viñetas y caricaturas que circulan por internet y que ya señalan a Iñaki Urdangarín como culpable. Y para muestra, un botón.


Sabemos que estos tiempos de crisis son difíciles para todos. Y más cuando se tiene una familia numerosa. Pero si al final se determina la culpabilidad del Duque de Palma me parecería una actitud totalmente reprobable la suya, ya que su familia no es precisamente de las que más calamidades están pasando en estos duros momentos. Si se declara su inocencia también habrá perdido, aunque en menor medida, porque el simple hecho de ser acusado ya ha hecho mella en su credibilidad y en su honorabilidad. Así que, sea cual sea el veredicto, la que le ha caído encima es muy grande. 


Sólo espero que los jueces sean imparciales y honestos y nos hagan recuperar la fe en la justicia española, que falta nos hace. 

martes, 21 de febrero de 2012

Ganas de...




Ganas de... pues de volver a disfrutar del musical "Más de 100 mentiras". Eso era lo que sentía desde el día del estreno, cuando lo vi por primera vez. Y gracias a que mi hermana no lo había visto aún, pude volver. El pasado domingo 19 de febrero fue la fecha elegida. Aprovechamos el puente que hacen los institutos con motivo del carnaval para que su visita a Madrid fuese un poco más larga.

A eso de las 5:45 de la tarde ya estábamos en la puerta. Yo, feliz por volver a ver el musical. Ella, nerviosa y emocionada por saber lo que ocurriría allí dentro.



Nuestros asientos estaban en la quinta fila y muy centrados, casi tan buenos como los de la primera vez (cuando estuve en segunda fila). Actuaron todos los "titulares" (perdonad la expresión, pero todavía conservo algunos vicios de mi época de periodista de deportes) menos Guadalupe Lancho, Álex Barahona y Víctor Massán. Una verdadera lástima, porque el día del estreno estuvieron fantásticos. Aunque he de decir que sus sustitutos también lo hacen de miedo. Para los que queráis saber más sobre el musical, os recuerdo que en su momento ya escribí otro post donde contaba mi primera visita.



Salimos del teatro encantadas. Coincidimos en que es una experiencia que merece la pena repetir. Y también estábamos de acuerdo en quién había sido nuestro actor favorito: Juan Pablo di Pace. Actúa, canta y baila genial; transmite mucho sentimiento y mucha emoción. Yo lloré cuando cantó "tan joven y tan viejo". Es una de mis canciones preferidas y no pude evitar emocionarme. 

Así que de camino a casa fuimos comentando cada una de las escenas y de los números musicales. Y también nos planteamos si comprar las entradas para las "noches sabineras" del día siguiente. 

Al llegar a casa fuimos corriendo al ordenador para comprobar si aún quedaban entradas. Elegimos los mejores asientos disponibles y reservamos tres asientos. En esta ocasión nos acompañaría mi novio. 


 Mi hermana y yo llegamos sobre las 9. En la puerta había un chico con un gorro de punto. Pero a pesar del "camuflaje", supe rápidamente quién era. "¡Mira, Sara, es Juan Pablo di Pace!". Ella decía que no podía ser. Pero era. Yo me hubiese acercado rápidamente a saludarle y pedirle una foto. Pero no lo hice. Lo primero, porque no me gusta molestar a los artistas. Sé que son personajes públicos y tienen asumido ese rol. Pero no soy de los que piensan que "están para eso". Creo que se debe respetar sus momentos de intimidad y de descanso. 
Además, yo estoy acostumbrada a tratar con famosos y lo hubiese hecho sin problema. Pero también quería que mi hermana venciese su timidez y se diese cuenta de que no muerden. 

Así que, viendo que no se atrevía a acercarse a él, nos fuimos a la entrada del teatro. En un momento, el hall se llenó de gente. Entre la multitud, los actores del musical. Pero Sara seguía sin saber si acercarse o no. Así que nos fuimos a nuestras butacas. 

La primera parte de la velada fue un concierto de los músicos de la banda de Sabina, acompañados por los actores del musical. Entre todos nos deleitaron con algunos de los éxitos del Flaco. 


Durante el descanso volvimos al hall. En ese momento mi hermana comenzó a soltarse y se atrevió a acercarse a sus actores favoritos para pedirles una foto. Eso sí, intentando molestar o interrumpir lo menos posible. El primero no podía ser más que Juan Pablo di Pace. Muy amable, no puso ningún problema y posó con nosotras.


A mi hermana le temblaban las piernas, pero fue capaz de acercarse a Álex Barahona para pedirle una foto. Justo cuando nos habíamos colocado junto a él, le sonó el teléfono. Le dijimos que atendiese la llamada tranquilamente, que nosotras esperábamos. Como para no hacerlo. Cogió el teléfono con la mano izquierda, pero la derecha no la despegó de la cintura de Sara. ¡Y ella encantada! "Ojalá la llamada hubiese durado horas" bromeaba. 

Álex también se portó de maravilla con nosotras. Incluso nos dijo que repitiésemos la foto porque creía que en la primera había salido con los ojos cerrados. ¡Así da gusto!


Por allí andaba también Víctor Massán, pero no paraba ni un momento, así que decidimos dejarlo para más tarde. A la que sí pillamos fue a Mara Barros (la chica que hace los coros a Sabina), así que nos acercamos a saludarla. Es un encanto, y no dudó en posar con Sara (en esta ocasión yo no pude salir en la foto porque no teníamos quién nos la hiciera).


También nos faltaba Guadalupe Lancho, pero ya no estaba en el hall y por megafonía anunciaban el comienzo inmediato de la segunda parte de la velada. 

Esta segunda mitad era la de los "valientes". Es decir, gente anónima que subía al escenario a cantar con la banda de Sabina. Quitando un par de excepciones el nivel estuvo bastante decente. Nosotras no nos atrevimos a subir al escenario por timidez, pero no porque no nos supiéramos las canciones. Llevamos años de ensayo. Eso sí, sin público.

Pero además de corear las canciones, yo tenía otra cosa en mente. Me había fijado en el chico que se sentaba al lado de mi hermana. Me sonaba un montón su cara, pero no era capaz de adivinar quién era. Después de darle muchas vueltas al asunto, le pregunté a Sara. Creemos que era Jaime Zatarain, el actor que había dado vida al "Tuli" la noche anterior. Aunque no sé si alguna vez sabremos si era él.


Acabado el recital salimos otra vez al hall. Víctor Massán había desaparecido. Pero por fin pudimos acercarnos a Guadalupe Lancho. Nos pareció una chica muy atenta y nos trató con mucho cariño. 



Al salir del teatro, Sara y yo comentamos lo amables y cercanos que habían sido todos los actores con nosotras. Están muy lejos de esos famosillos que van de divos por la vida y a quienes no te puedes ni acercar porque te miran como si te perdonasen la vida. 

Con gente así, da gusto ir al teatro. Así que podéis tener seguro que repetiremos. En mi caso hay un refrán que dice que "no hay dos sin tres". Y yo no soy nadie para llevarle la contraria a nuestro sabio refranero español. 

domingo, 12 de febrero de 2012

Tan joven y tan viejo




Hoy es un gran día.  Hoy estamos de celebración. Porque el 12 de febrero de 1949 nacía en Úbeda Joaquín Sabina. Así que hoy no podía ser otro el tema.

Para los seguidores de Sabina poco puedo contar que no sepan o no puedan encontrar en "San Google". Para quienes no le siguen, leer un post dedicado a su "obra y milagros" sería poco o nada interesante.  Así que lo que voy a contar es mi experiencia como "sabinera".

Nací en 1984, y desde entonces he escuchado a Sabina. Mi padre tenía algunos discos suyos que oíamos en casa y en el coche. Me aprendí la letra de las canciones, pero cantaba sin saber qué decían. Con 6 ó 7 años no tenía ni idea, por ejemplo, de quienes eran  esa "pobre Cristina"  o el "Dioni", ni de qué era el muro de Berlín. Pero cantaba las canciones como si me fuese la vida en ello.



Fueron pasando los años y me fui aficionando cada vez más a los discos de Sabina. Ya no los escuchaba porque los ponía mi padre, sino que era yo la que se los pedía. Teníamos cada vez más discos y, en cuanto los oía un par de veces, ya me sabía todas las canciones. Recuerdo que, cuando estudiaba para mis exámenes del colegio y el instituto mi madre me decía: "si te supieses las lecciones como las canciones de Sabina...". Y eso que siempre fui niña de sobresalientes.

Seguí recopilando obras del maestro y emocionándome cada vez más con sus canciones. Con unas porque me sentía identificada. Con otras porque me parecían, sencillamente, obras maestras.



Ya en la universidad tuve la oportunidad de ir a mi primer concierto del Flaco. Fue el sábado 10 de junio de 2006. Yo estudiaba en Murcia y Joaquín daba un concierto en Lorca. Además un amigo me regaló la entrada. ¿Qué más podía pedir?

Así que allí estábamos los dos y la novia de mi amigo, esperando a que abrieran las puertas de la plaza de toros para coger un buen sitio. Y lo hicimos. Estuvimos en primera fila, justo enfrente del centro del escenario. Esa noche canté al piano del amanecer todo su repertorio. Y también grité, salté, lloré... salimos del concierto sin voz y con los ojos rojos de llorar de emoción. Nuestro ídolo estaba ahí, a pocos metros, casi tocándonos. Al salir por la puerta dijimos a coro: "ya nos podemos morir tranquilos".

Como en aquella época estudiaba Periodismo, escribí una crónica del concierto en el que entonces era mi blog. Lástima que no llevábamos cámara y unas chicas que nos hicieron unas fotos nunca llegaron a enviármelas.







Allí pude escuchar por primera vez en directo y en solitario a Olga Román, que en aquel momento era una de las voces más bonitas y más desconocidas de nuestro país. 




Ese concierto me dio más ganas para seguir a Sabina. Tenía todos los discos que había sacado hasta el momento y algunos de sus libros, pero seguía con ganas de más. Aunque tendría que esperar bastante. 



Por fin llegó el día. Fue el 15 de diciembre de 2009. Joaquín daba un concierto en el Palacio de los deportes de Madrid y yo tenía las entradas desde hacía tiempo. Pero ese concierto fue para mí mucho peor que el anterior. Para empezar, estábamos lejos del escenario y en la zona de butacas. Y además tenía un gripazo enorme y estaba totalmente afónica, así que no pude cantar como a mí me gusta. Aún así, también disfruté del espectáculo. Pero ese malestar que tenía me sirvió para tener más ganas de repetir en otro concierto.


 En este concierto ya no estaba Olga Román. La artista ya había volado en solitario, cediendo su lugar a Mara Barros, una voz prometedora, tremenda.



Poco después de aquel concierto me enteré de que Sabina repetiría en Madrid en junio, concretamente el 22 de junio. Pero esta vez sería en la plaza de toros de "Las Ventas". 

Y allí estaba yo, fiel a la cita con mi ídolo. Mucho más cerca del escenario que la vez anterior, casi en primera fila. 

Cuando salió Joaquín al escenario mi corazón empezó a latir a velocidades de vértigo. Tenía que desquitarme del concierto anterior, así que desde la primera nota empecé a saltar y cantar a voz en grito. Tanto tiré de mi cuerpo en esos primeros minutos de concierto que me empecé a marear y tuve que sentarme un rato. Pero después volví con la misma fuerza que al principio y ya seguí el resto del concierto al mismo ritmo.


No sé qué tiene este hombre, pero tiene la capacidad de reunir al público más variado y hacer que todos coreen sus canciones con la misma emoción, sin importar la edad o la posición social. A mí, personalmente, me engancha cada vez más.


Esa admiración por el Genio de Úbeda la ha heredado también mi hermana, que sigue mis pasos. Con ella y con mi novio fui al concierto que dio en el festival "Músicos en la naturaleza", que tuvo lugar el  2 de julio de 2011 en Hoyos del Espino (Ávila). Mi hermana y yo enloquecimos durante todo el concierto. Mi novio, mucho más calmado, nos miraba sorprendido.


Desde entonces no he vuelto a ningún concierto suyo, pero eso no quiere decir que me haya desvinculado del mundo sabinero. El pasado 6 de octubre de 2011 asistí al estreno del musical "Más de 100 mentiras", un homenaje a sus canciones. Ese día tuve la suerte de cumplir mi sueño y poder conocer a Joaquín.


El musical me encantó, pero no lo voy a contar otra vez, puesto que ya lo conté en otra entrada de este mismo blog.


Desde ese día estoy buscando la ocasión de volver al teatro Rialto. Y será dentro de una semana. Pero eso os lo contaré cuando suceda.

"Así que de momento nada de adiós, muchachos". Os espero dentro de unos días para contaros mi vuelta al Darling's.

Ya sólo me queda felicitar a Joaquín por su cumpleaños. 63 en la realidad, pero sólo 3 en su mundo, en ese en el que "sólo cumple años los años bisiestos que acaban en 2".  Desde aquí le deseo muchos más éxitos para poder seguir disfrutando de su música como hasta ahora. Porque sigue siendo "tan joven y tan viejo like a rolling stone".

jueves, 9 de febrero de 2012

Princesa


El tema que se me ha venido a la cabeza al escuchar esta canción nada tiene que ver con cuentos de hadas ni finales felices (bueno, quizá esto último no sea así para algunos). De hecho, ni siquiera tiene que ver con el título de la canción. Pero al oír la letra no he podido evitar acordarme de Baltasar Garzón. Sí, nuestro juez más reconocido a nivel internacional. El mismo al que ahora el Supremo inhabilita durante 11 años y expulsa de la carrera judicial después de 31 años de carrera, 22 de ellos en la Audiencia Nacional. ¿Que qué tiene que ver Garzón con la canción de Sabina? Pues que he encontrado cierta relación entre la sentencia y la letra que dice "¿con qué ley condenarte si somos juez y parte todos de tus andanzas?". Esas palabras me han hecho pensar en la justicia española. ¿Es ciega porque es imparcial o solamente se tapa los ojos cuando no quiere ver? 


Pero volvamos al tema que hoy nos ocupa. ¿Por qué inhabilitan a Garzón? ¿Por desarticular el entramado de ETA y su entorno? ¿Por desmantelar un gran número de redes de narcotráfico y blanqueo de capitales? ¿O quizá por perseguir los crímenes contra la humanidad en las dictaduras latinoamericanas?  Nada de eso. Es por las escuchas ilegales del caso Gürtel. 

Recordemos que Baltasar Garzón destapó el caso y desarticuló una trama especializada en el saqueo de fondos públicos por parte de algunos dirigentes del PP.


¿Y por qué este castigo? Pues porque, según el Supremo, estas escuchas entre los internos y sus letrados "sólo pueden decretarse en casos de terrorismo", y para resolver otro tipo de casos en los que la intervención telefónica fuese imprescindible "sería necesaria una reforma legal". 

La sentencia ha sido del agrado del Partido Popular, a juzgar por las palabras de sus dirigentes. No sólo porque se quitan a Garzón del medio (siempre es incómodo tener a un juez pendiente de tus actos, sobre todo si no son muy legales), sino porque encima el juez tendrá que correr con las costas de las acusaciones particulares (además de las del juicio). Es decir, que ahora Garzón tiene que pagar a Francisco Correa y Pablo Crespo las minutas de los abogados. ¿Una especie de compensación por daños por haber investigado sus actividades irregulares? Parece un chiste. Y lo más curioso es que el juez ya ha sido condenado y los jefes de la red aún no han sido juzgados. 


Hasta el mismísimo Joaquín Sabina ha dedicado en el diario "Público" unos versos a este espinoso tema: 

Magistrados, vaya tropa

Costa y Camps son inocentes,
Baltasar un delincuente
peligroso,
la prensa internacionar
crucifica al tribunal 
por alevoso.

¿Respeto por el Supremo?
Me cuesta mientras blasfemo
contra el trepa,
si la letra de la ley
sanciona que el tuerto es rey
¡Viva la Pepa!
El juez estrella estrellado
por haberse destacado
en un oficio
de togados obedientes
que nunca sacan los dientes
contra el vicio

El narco y el terrorista,
el Pinochet y el perista
de los GAL
brindan con champán francés
celebrando que el buen juez
acabe mal.

Los huesos de las cunetas,
¿quién carajo los respeta
y los rescata?
Garzón hizo lo que pudo
por deshacer ese nudo
en la corbata.

Inmundo mundo al revés,
los que juzgan con los pies
dictan sentencia,
encadenando a Garzón
amordazan la razón
y la conciencia.

Qué vergüenza señorías
si triunfa la sangre fría
en este punto
de la historia interminable
que no confunde culpable
con presunto.

Ganan porque fracasamos,
cabalgan porque dejamos
de ladrar,
el tiempo pondrá en su sitio
un auto falto de litio
y bipolar.

Tanta saña contra él
acabó trucando el fiel
de la balanza,
me rasco porque me pican
las togas que santifican
la venganza.

Baltasar es el rey bruno
que se creyó blanco y uno
de los nuestros,
abomino de este fallo
tan mezquino, tan malayo
y tan siniestro.

El chileno, el argentino
braman contra el desatino
judicial,
los huérfanos de la guerra
reviven un cuerpo a tierra
criminal.

Que se tiente Rubalcaba
la ropa porque las habas
del congreso
mal contadas se repiten
si Carme y Garzón compiten
por un beso.

El vals de los magistrados
nos mostró esta vez su lado
más oscuro,
son coleguitas ¡Qué tropa!
los que le llenan la copa
de cianuro.

La condena promulgada
se parece a la quijada
de Caín,
para acabar de joder
ahora tendrán que absolver
a Urdangarín.

A bailar el tico tico
sin las Jennifer, los Kikos
y las Juanis,
me voy, doblando la apuesta
de mi primo con la orquesta
del Titanic.


"Es un triunfo del Estado de Derecho" dice Esperanza Aguirre. "Respetamos la sentencia de Tribunal Supremo a Garzón" remata Soraya Saenz de Santamaría. 

Sin embargo, Gaspar Llamazares califica la sentencia de "vergüenza nacional", y Cayo Lara ha asegurado que "es un día triste para los demócratas".

El diputado de ERC en el Congreso Joan Tardà aprecia "sesgo  ideológico"en la condena y ha lamentado que Garzón se haya  convertido en la "primera víctima de la trama Gürtel".

Y el portavoz del BNG en el Congreso Francisco Jorquera considera que la inhabilitación al juez Baltasar Garzón por las escuchas en el caso Gürtel es en realidad un "linchamiento" contra el magistrado por haber tenido la valentía de investigar los crímenes del franquismo.

La pregunta es: ¿seguirían todos ellos manteniendo sus palabras si los acusados fuesen miembros del PSOE en lugar de ser del PP? 





Pero aún hay más. ¿No decían que la justicia es lenta? Sí, normalmente sí. Pero hay casos en los que interesa darse prisa. Además, tampoco se ha seguido el orden lógico, que hubiese sido la proclamación de la sentencia por su investigación sobre los crímenes de la Guerra Civil y, después, la condena por el caso Gürtel. 

Además, también es raro que le hayan impuesto una condena tan dura cuando, en los últimos 4 años, de 6000 quejas contra jueces, sólo 126 fueron sancionados y sólo 1 expulsado (aunque al año se anuló esa expulsión). ¿Por qué es diferente el caso de Baltasar Garzón? ¿Por justicia o por interés de algunos? Ya podían haber sido tan rápidos y tan duros en el juicio sobre la muerte de Marta del Castillo...


Lo importante es que por fin está deshabilitado. La derecha ha podido sacarse la china de su zapato. Y es que todos defendemos los derechos humanos cuando se trata de hacer justicia con Augusto Pinochet, Osama Bin Laden y otros temas que nos pillan más lejos. Pero cuando el juez se pone a investigar los crímenes del franquismo o las tramas corruptas de ciertos políticos, la cosa cambia. 

Sea como fuere, ya no hay marcha atrás. Cumplido el tiempo estipulado por la sentencia, Garzón podría volver a ejercer, pero ya tendría 67 años. Justo, la edad de jubilación que propuso José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Volveremos a verle ejerciendo? Quén sabe...